
“Las buenas palabras que han llovido sobre la memoria de Corín Tellado no hablan de literatura, ni siquiera de libros, sino de aquellos mundos pequeños y a la vez inmensos que ponen a prueba nuestra razón de ser, es decir, los mundos de la calle y de las cocinas, los de las secretarias taconeando en las veredas, los de nuestras propias madres corriendo al trabajo en otoño. A diferencia de otras literaturas ligeras, como el policial, esas novelitas rosas nunca volverán a ser escritas ni leídas, porque se convirtieron en teleseries y luego en reality shows, pero permanecerán así, transformadas, como testigos de la soledad contemporánea.”

2 comentarios:
He crecido leyendo en mis vacaciones cada una de sus novelas, mi abuelita no tenía otra literatura jajaaj, sin embargo nunca he conseguido leerla en su época, quiero decir a través de sus ojos... debe ser por eso que no me terminó de gustar... pero bueno, que es reconocida... lo es! y mucho mas ahora que nos ha dejado.
A mí siempre me dio vergüenza leer ese tipo de novelas, me parecían estúpidas y tontas, al fin y al cabo, lo único que importaba en ellas es que la mujer consiguiera el amor perfecto, pero creo que todos esos prejuicios no son más que una excusa para no reconocer lo mucho que me atraen esas historias, que como bien dice el columnista aluden a las vidas de madres, abuelas y de nosotas mismas, en vidas sencillas, donde el único consuelo es el amor, para creer que realmente no estamos tan solos.
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