martes, 16 de septiembre de 2008

Un año menos

Un vació extraño me recorre el pecho.
Desde hace ya un año me recorre el pecho.
Se ha alojado por momentos en mis entrañas.
Ha sajado mis ojos, inundado mi boca.
Acompañado, por el cerebro se desboca.
Ansiedad y tormento extendiéndose como arañas.

Por lo mismo escapé
Océanos atravesé
Conocí el pasto y el té
Que me acogieron con calor
Leve esperanza de amor
Al fin un poco de fe.

Pero en la noche me perdí
Mi soledad descubrí
Y más noche busqué
Con lo puesto me fui
No se de que huí
Mi moral confisqué

Luego el Colón mostraría el camino.
Rígido, sin vueltas, al antiguo destino.
Despavorido corrí en dirección contraria
A llenar mí estomago de vino
Riveras y castillos fueron mí sino.
La tranquilidad no llegaba, aunque necesaria.

La torre, azul como espejismo.
Los juglares y su malabarismo.
Los fuegos y sus explosiones.
Entre la multitud me aislaron.
La rabia en mi quemaron.
De perdón fueron pociones.

Pero ahí estaba la angustia campante.
Desde su sitio miraba arrogante.
No dejaría tan fácil su lugar.
A la fuerza tenía que salir.
¿Pero quien el portal iba a abrir?
Nadie había a quien rogar.

Por eso la mancha atravesé
¿Estaría aún tibio el té?

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