lunes, 10 de agosto de 2009

MOON BAR

¿Cuantas golondrinas entregarán su sangre, para que nazca en mí un nuevo corazón? ¿Recordará mi pecho como hacer para batir?, o se quedará estático, como el viejo reloj de mi abuelo, que ya nunca mas sintió el paso furtivo de un segundo.

Mi camino es estrecho, pero se ha cruzado con muchos otros.

No importa tanto el objetivo, sólo un norte y suficiente actitud, o empuje, o voluntad.
Antiguas visiones han vuelto a mí, de un espacio que ya conozco y que nunca habité. Añejas invasiones dejaron duras cicatrices que ahora pueblan sus colinas y saludan al Mar.
Dejaré mi tierra querida, sus ríos y montañas, su pueblo y mi gente. No tendré más que lo puesto, y en mis hombros se apoyará el peso de mi vida. Sobre mi cuello, lo único que me hace indisoluble. En mis brazos, la fuerza de tomar lo que quiera, y mis piernas serán el reflejo de la ansiedad.
No estoy en ninguna parte… soy sólo un recuerdo vivo.

1 comentario:

Atlántida dijo...

cuando más quería huir, más andé y andé y al final, me di cuenta que aunque mis piernas se convirtieran en ansiedad no me llevaban a ninguna parte porqué seguían existiendo los mismos problemas.